25 jun 2006

¿QUE QUIERES SER DE MAYOR?



Aún recuerdo cuando a mi padre le regalaban gallinas vivas y las guardaban en el lavabo que medía un metro por un metro, hasta que les llegaba su hora.
Que desagradable me resultaba ir a aquella antesala de la muerte, abrir la puerta y por sorpresa encontrarme con una, allí suelta, con cara de espanto la gallina y yo.
Empecé a veranear en Barcelona con mi tía y mi abuela y a adorar ir al mercado de la Barceloneta (adoración por los mercados que aún perdura).
Mi abuela compraba los pollos en una pollería despachada por una rubia deliciosa que sonreía a todas horas, con su delantal blanco inmaculado, lleno de puntillas.
ENTONCES QUISE SER POLLERA.
De los regalos mas estupendos que me han hecho nunca, fue un hacha, que me regaló mi madre al cumplir los dieciocho años, para trocear el pollo y mis mas queridas amigas y compañeras de piso, durante mis años de estudiante (cinco o seís o siete, ya no sabíamos como alargar aquello), todavía me recuerdan los cabreos que me cogía cuando compraban el pollo ya a cuartos. ¡ Entero, lo quiero entero, yo lo corto con el hacha!...
Evidentemente yo no quería ser pollera, yo quería ser aquella pollera.
Que equivocación, lo realmente estupendo debió ser convertirse en el marido, o amante, o amigo de aquella pollera y dejarse querer por ella.